El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se produce por la pérdida progresiva de las neuronas, que pierden su funcionalidad. El paciente tiene olvidos, se desorienta, deja de comunicarse y es cada vez más dependiente para realizar las actividades diarias. Es la forma más común de demencia en las personas mayores.

La enfermedad de Alzheimer no debe considerarse una parte normal del envejecimiento.

Los síntomas más frecuentes y característicos de la enfermedad de Alzheimer son los olvidos. Estos son frecuentes (varias veces al día), persistentes (día tras día durante meses), importantes (se olvidan cosas relevantes, no solo cosas sin importancia) y progresivos. A medida que la enfermedad empeora, se afecta el funcionamiento de otras áreas cerebrales que se encargan de tareas cognitivas, como el lenguaje, la orientación, la capacidad de hacer cosas y las reacciones emocionales.

La prevalencia actual ha aumentado respecto a décadas atrás debido al aumento de la esperanza de vida de la población mundial, y continuará aumentando durante las próximas décadas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) aparece 1 caso cada 3 segundos; 10 millones de casos nuevos cada año.