La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso causado por la alteración de la actividad eléctrica cerebral que provoca síntomas repentinos, muchas veces con pérdida de conocimiento, que se denominan crisis epilépticas.
Las crisis ocurren cuando el sistema eléctrico del cerebro deja de funcionar correctamente por un breve período de tiempo. En lugar de descargar la actividad eléctrica en forma auto controlada, las neuronas continúan descargando en forma anormal. Esta alteración puede ser causada por desórdenes propios del cerebro (causa intrínseca) o más raramente, por un factor externo, y pueden provocar alteraciones repentinas y transitorias en la percepción, el comportamiento o la movilidad. Los síntomas de una crisis epiléptica dependen del grupo neuronal que se active durante la crisis.
Existen dos tipos fundamentales de crisis epilépticas: las generalizadas, donde las descargas afectan a ambos hemisferios, y las crisis focales, donde la descarga comienza en una zona particular del cerebro y que, en ocasiones, se propaga por el resto de la corteza.
Es uno de los trastornos neurológicos más comunes y afecta a unos 50 millones de personas en todo el mundo. A día de hoy continúa siendo una enfermedad poco conocida y con cierto estigma que repercute mucho en la vida social de los pacientes y de sus familias.
La epilepsia se puede presentar a cualquier edad, sin distinción de sexo, origen étnico, o clase social. Las crisis tienden a aparecer en la infancia o en la adolescencia tardía, pero la incidencia aumenta nuevamente después de los 65 años de edad.
el 70% de los casos responde en forma positiva a los tratamientos.